Así han aumentado la productividad con una mejor gestión del talento
RETO
En esta empresa el conocimiento sobre determinadas etapas de proceso estaba muy concentrado en pocas personas. Esta situación estaba suponiendo una dependencia relevante que limitaba las posibilidades de crecimiento y la transferencia de conocimiento.
Además, la incorporación de nuevos miembros al equipo era compleja tanto por la falta de capacitación como por los tiempos de aprendizaje.
El funcionamiento en islas, con perfiles muy expertos en su ámbito pero con poco conocimiento de otras áreas relacionadas, y la falta de información ralentizaba el diagnóstico de incidencias. Estas limitaciones obligaban a asumir desviaciones entre procesos, con el consiguiente impacto negativo en la producción.
La dependencia en el conocimiento se reflejaba también en la rigidez a la hora de abordar la fabricación de nuevas referencias o ampliar las instalaciones: cualquier cambio en los procesos suponía plazos muy relevantes.
El coste de tener a perfiles expertos haciendo tareas repetitivas y de poco valor añadido suponía un impacto directo en la rentabilidad de cada pieza. A su vez, la falta de ergonomía en los trabajos estaba siendo fuente de rotación en el equipo, y la intervención manual en muchos procesos era fuente de error.
La gerencia sabía que la falta de eficiencia en el trabajo y la débil gestión del talento no solo dificultaba retener a los trabajadores cualificados, sino que estaba teniendo un impacto en la calidad y en el OEE de la producción.