La cuarta revolución industrial (o Industria 4.0) ya está aquí. La promesa que trae consigo es cuanto menos apetecible: mayor flexibilidad y eficiencia en la industria, más conectividad y mejores resultados económicos. Un dulce demasiado goloso como para dejarlo pasar pero, ¿estamos realmente preparados para asumir los cambios que requiere esta nueva industria?
El desafío al que se enfrenta la industria
La realidad es que el caramelo de la industria 4.0 trae un envoltorio que no será fácil de abrir para todas las empresas. Sí, las oportunidades están ahí, pero para que el cambio pueda producirse es necesario partir de una base con cierta solidez: procesos robustos, infraestructura IT alineada con las operaciones (IT-OT), madurez tecnológica, objetivos estratégicos de digitalización, capacidad del personal, etc.
Además, una característica de esta nueva revolución industrial es que se produce por la convergencia de diferentes tecnologías que crean sinergias entre ellas, como por ejemplo la automatización y virtualización de procesos, mejora de la conectividad (gracias al 5G y el IoT), cloud y edge computing, la Inteligencia Artificial (AI), etc.
Las opciones tecnológicas son tan amplias que será necesario analizar el estado de cada empresa y estudiar dónde y cómo invertir para obtener los mayores beneficios. No hay una solución tecnológica única para la industria. La inversión y el desarrollo de las tecnologías adecuadas supondrá una revolución en las organizaciones tanto a nivel estratégico como operacional.
Las industrias que primero integren las tecnologías adecuadas obtendrán una ventaja sobre sus competidores que será difícil recortar.
Este es el primer desafío a superar: realizar una correcta elección de esas tecnologías. Las industrias que primero integren las tecnologías adecuadas obtendrán una ventaja sobre sus competidores que será difícil recortar. Pero invertir tarde o mal (no en las tecnologías clave) puede suponer quedarse en los vagones de cola de esta nueva revolución industrial. Por lo tanto, muchas empresas deberán preguntarse hasta qué punto es cierta tecnología importante para su empresa, o qué opciones tecnológicas concretas son las más importantes para mejorar su competitividad.
El siguiente paso no es más sencillo: ¿cómo integrar esas tecnologías? No todas las empresas están preparadas para llevar adelante este proceso por sí mismas. Por lo tanto, contar con un partner especialista en tecnología y conocimiento de las necesidades del sector y sus procesos industriales es fundamental. De esta forma se podrá implantar la solución tecnológica más conveniente integrando tanto la capa IT como la de operaciones.
Del presente al futuro de la industria
La meta a la que deseamos llegar es clara: una industria más productiva y de mayor calidad, con información de cada etapa de producción en tiempo real, más flexible, conectada y optimizada. De lo que no habla todo el mundo es de cómo llegar a esa meta.
La digitalización no es algo que se consiga trabajando solo sobre el área de ingeniería. Debe tener en cuenta diferentes ámbitos del negocio.
Todas las revoluciones traen grandes beneficios, pero también riesgos. Para dar el salto con éxito a la industria 4.0 será necesario un alto nivel de coordinación a nivel estratégico y operativo. Implementar mejoras parciales en actividades o no utilizar las herramientas adecuadas puede hacer que el resultado sea un fracaso.
Por lo tanto, prepararse para este salto es una responsabilidad para todas las organizaciones que quieran estar en primera línea en los próximos años.
Pasos a dar para encaminarse hacia la industria del futuro
La digitalización es un proceso que debe enfocarse de forma holística teniendo en cuenta diferentes ámbitos del negocio: producto, supply chain, cultura empresarial, etc. Es decir, no es algo que se consiga simplemente contratando a algún ejecutivo con experiencia en IT o trabajando solo sobre el área de ingeniería.
Para situar a la organización en un buen punto de partida hacia esta transformación hay algunos pasos que se deberían dar cuanto antes:
- Analiza cuáles son los problemas: un estudio interno de identificación, análisis y priorización de los mismos es el punto de partida básico a realizar por cualquier empresa.
- Identifica qué tecnologías pueden ayudarte a resolver tus problemas: inteligencia artificial, machine learning, virtualización de procesos, IIoT… ¿Cómo te afectan cada una de estas tecnologías? ¿Cómo las emplean tus competidores? ¿Qué demandan tus clientes?
- Mejora la integración de IT y OT: IT y OT son conceptos inseparables en la Smart industry. Mientras que la capa IT suele contar con un mayor desarrollo, es habitual que el ritmo de digitalización de la OT sea menor. Cuanto más integrados y alineados estén estos campos, más preparada estará tu empresa para la industria 4.0.
- Promueve el cambio cultural en tu organización: las nuevas tecnologías necesitarán personal con nuevas habilidades y conocimientos. Esto incluye a los CEOs y directivos empresariales, que tendrán que plantearse incluso ideas que nunca habían pensado (como sus principales estrategias o incluso modelos de negocio) para así descubrir las líneas de inversión con mayor potencial para su organización.
- Toma conciencia: de la gran oportunidad que tienes delante pero sin olvidar que ese cambio exige de una apuesta a muchos niveles dentro de tu organización.
- Olvídate de los enfoques parciales: la obtención de grandes resultados será fruto de implementar cambios a todos los niveles, tanto operativos como estratégicos. Iniciativas a nivel local o a nivel de subfunción no lograrán el cambio deseado.
La tecnología como caballo de batalla
En los últimos años hemos aprendido (por las malas) las consecuencias que tiene para la industria no tener la suficiente agilidad y flexibilidad para afrontar los cambios. La pandemia del COVID ha golpeado con toda su dureza cuando muchas empresas todavía estaban recuperándose de la pasada crisis económica.
Ser más ágil y flexible a nivel operativo parece ser una buena estrategia para afrontar un futuro incierto. Esto lo conseguiremos invirtiendo en digitalización y llevando nuestras industrias a ese nivel 4.0 del que estamos hablado.
Por lo tanto hay que entender que la digitalización no es un fin en sí misma. Las herramientas que tenemos a nuestro alcance son un medio para llegar de forma más segura y competitiva a nuevos niveles de productividad y, como consecuencia, obtener una mayor rentabilidad. Es importante no perder de vista ese fin para evitar naufragar en este nuevo mar de tecnologías.
El momento del cambio es ahora
No será un tren que pase solo una vez, pero podemos asegurar que quienes primero suban llegarán más lejos. Es momento de ser ambiciosos, ya que como hemos visto, esta nueva revolución industrial requiere de valentía y cambios desde los niveles más altos de las organizaciones.
La digitalización no es un tren que pase solo una vez. Pero quienes primeros suban llegarán más lejos.
La transformación de la industria 4.0 ya está en proceso y ocurrirá tomes parte de ella o no, es inevitable. Si no quieres perder este tren necesitas organizarte, trazar un plan y si es necesario buscar a los partners que te ayuden a cumplir tus objetivos.
Hay trabajo por hacer, pero el esfuerzo merecerá la pena. No todas las organizaciones parten desde el mismo punto de madurez tecnológica y medios, pero hay algo que todas necesitan: la vocación de integrar lo digital y analógico (IT y OT) y apostar por el cambio.
En SMARTPM somos muy conscientes de lo complicado que puede resultar este proceso para algunas empresas. Por eso apostamos por un proceso de automatización inteligente adaptado a cada caso y siempre enfocado a mejorar la calidad, la productividad y la adaptabilidad en un entorno cada vez más cambiante.
Las nuevas tecnologías han llegado para cambiar la forma en que hacemos las cosas. Si quieres que hablemos sobre cómo podemos ayudarte, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.